Madrid, septiembre de 2021

Dentro del programa «NEF Tendencias» asistimos el pasado día 21 de septiembre a la conferencia de doña Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Lo que sigue es un resumen de su intervención.

Según Carme Artigas el porcentaje o influencia de la digitalización en el PIB alcanza el 19%: un 9% proviene directamente de la industria de las telecomunicaciones, la informática, los contenidos y la electrónica y el 10% restante se explica por la influencia indirecta de las TIC en todos los sectores productivos (e.g. banca o comercio). La proyección es que un 40% del PIB en el 2030 esté relacionado directa o indirectamente con la digitalización, para ello se necesita acometer importantes inversiones (comprometidas en el plan de recuperación), pero también romper con el círculo vicioso que supone el hecho de que las inversiones en tecnología tradicionalmente no han supuesto ganancias concomitantes en productividad. Es la famosa paradoja de que «la informática está en todas partes, menos en los datos de productividad», formulada en 1987 por el Nobel Robert Solow. La razón que subyace, según Carme Artigas, es la ausencia del tejido empresarial y del talento necesarios para aprovechar las ganancias que supone la inversión digital (de hecho y a pesar del alto paro estructural de la economía española, existe una gran demanda no satisfecha de trabajos cualificados en tecnología).

La consecuencia de este diagnóstico es que hay que cambiar la composición del PIB y conseguir que las empresas pequeñas y medianas crezcan (está claramente establecido que las PYME se aprovechan menos de la disrupción tecnológica), así como mejorar la cualificación de los trabajadores. Empresas más grandes, con trabajadores mejor formados son la condición necesaria (y casi suficiente) para que la innovación eclosione y las inversiones en tecnología hagan crecer la productividad y a partir de aquí se desencadene un ciclo virtuoso.

Una de las dificultades que se plantean es cómo medir y qué medir en una economía que ya no está basada en activos físicos sino en activos digitales, lo que ha puesto de manifiesto la insuficiencia de los indicadores actuales. Es por ejemplo necesario activar el valor de los datos y del talento (como por ejemplo hizo de forma novedosa el Barça con Messi) e incluir estos activos en el balance de las empresas porque en caso contrario su valoración será absolutamente irreal (piénsese por ejemplo en la valoración de Amazon, con EBITDA negativo), y su valor –que el mercado siempre acaba descubriendo— será pasto de especuladores.

Otro factor clave es la necesaria participación en el proceso de digitalización del sector público; primero porque la crisis (exógena, que no sistémica como la de 2008), ha requerido una salida también diferente, con mayor exigencia de lo público, y segundo porque es el sector público y la dirección política quien ha de alinear las inversiones con las necesidades del país en el medio y largo plazo. Por ello el gobierno ha decido concentrar el PRTR en sólo tres años dado que de esa forma las inversiones y sobre todo las reformas que contempla se llevarán a cabo rápidamente, lo que debería coadyuvar a la entusiasta participación del sector privado con el efecto multiplicador que ello conlleva.

Resalta también la Secretaria de Estado las sinergias entre la transformación digital y los programas de transición energética y sostenibilidad. En este sentido indica que Europa es la primera gran economía que es capaz de mejorar la productividad con un menor consumo de materias primas, esto es en esencia lo que se denomina economía circular, y solamente es alcanzable con un uso intensivo de las tecnologías de la información (IoT, IA, Industria 4.0, etc.). Asimismo, la Secretaría de Estado ha puesto en marcha una iniciativa denominada algoritmos verdes que implica el uso de la inteligencia artificial para mejorar el consumo energético en la sociedad de la información.

Otra iniciativa destacable es el denominado fondo Next Tech dotado con 4.000 millones de euros. Es un fondo de capital riesgo público-privado que busca ayudar a las empresas en su fase de scale up, dado que después de superada la fase inicial (startup) se observa que las compañías innovadoras encuentran grandes dificultades para crecer y acaban siendo absorbidas o compradas por las grandes multinacionales. Con el fondo se trata de facilitar los medios financieros para que las startups puedan superar esta etapa de crecimiento, invertir en tecnología innovadora de alto impacto y constituirse en jugadores autónomos y destacados de este mercado; en definitiva se busca crear unicornios nacionales que no vean lastrado su crecimiento y su valoración por la falta de financiación.

Destaca la Secretaria de Estado las diferentes iniciativas acometidas para mejorar la cualificación de los trabajadores sobre todo en el ámbito de la formación profesional; también señala las dificultades para homologar y homogenizar la amplia y heterogénea cantidad de cursos que se puede llevar a cabo online. Cree también que la labor de la Secretaría de Estado es actuar no desde de la oferta, que ya está muy desarrollada, sino desde la demanda dado que no siempre los empleados o trabajadores se apuntan a los cursos y desde luego y lamentablemente el nivel de abandono en la formación online es altísimo, y eso hay que intentar reducirlo.

Aunque el comportamiento de la administración electrónica digital ha sido muy bueno durante la pandemia, de hecho, a la ausencia de caídas, hay que sumar que la administración pública digital ha incrementado notabilísimamente el número de trámites,  transacciones, certificados, usuarios, etc., la Agenda Digital 2025, que es el marco de referencia para todos los procesos de modernización que se van a acometer, contempla una mejora, sobre todo en la experiencia de usuario y en su interacción con la administración a través de medios electrónicos. Los sistemas, como queda dicho, son robustos, pero falta modernizarlos y sobre todo hacerlos accesibles desde el móvil. Desde la Secretaría de Estado se va a lanzar de forma inminente el proyecto carpeta ciudadana para arrancar con este proceso de modernización de las interfaces.

Europa lidera y se ha comprometido a seguir haciéndolo el denominado humanismo digital. Europa entiende la tecnología como un medio y no como un fin y considera que la tecnología es hecha por personas y para personas. Consecuentemente los datos que se manejan pertenecen a las personas y no a las empresas (USA), ni a los gobiernos (China). La UE quiere establecer una nueva cosmovisión y para ello España quiere constituirse como país piloto para el reglamento europeo de inteligencia artificial y liderar también la carta de derechos digitales de los ciudadanos, compaginando estas iniciativas con una apuesta decidida por la innovación, lo que se traduce en que la visión humanística de la tecnología no debe ser un freno a su desarrollo. El debate sobre el alcance de la inteligencia artificial y sobre su influencia en nuestras vidas es ineluctable porque seguramente cualquier error sobre este particular sería irreversible.

Para todo lo relacionado con el emprendimiento y con la inversión en nuevas empresas el Gobierno está ultimando tres grandes proyectos legislativos. Primero la ley de startups que no pretende crear una categoría preferente de compañías, sino eliminar barreras de entrada y facilitar la emergencia de empresas de base tecnológica, con necesidades de talento especializado, y crecimiento muy rápido (startups); en segundo lugar, la ley denominada “crea y crece” que permitirá crear y registrar empresas online y con mínimo coste; y en tercer lugar la ley de morosidad.

Otra iniciativa que ya está en marcha y desplegada es el capítulo español de GAIA-X, junto con su Chief Data Officer (CDO). GAIA-X es una iniciativa público-privada para la federación de nubes (clouds) y la creación de espacios de datos sectoriales e industriales que permitan su interoperabilidad y uso cruzado. España lidera el espacio de datos de turismo y participa en los de movilidad, alimentación y sanitarios.

Sobre la Ciberseguridad destacar el programa de compra pública innovadora lanzado por el Gobierno para adquirir productos en fase final de desarrollo, a empresas que lo que requieren, no es tanto una subvención, sino un cliente, preferiblemente de la administración pública, con el que poder trabajar, en quien poder confiar y que pueda servir  como palanca de lanzamiento.  En este sentido la preocupación del Gobierno no solamente está en la protección de los activos frente a los ataques del ciberespacio sino también en el desarrollo de una industria autónoma de ciberseguridad.

La secretaria de Estado ha querido también resaltar la importancia de la revolución digital para acabar con la brecha de género, tanto en la educación (en este sentido se quiere potenciar la presencia de las mujeres en las titulaciones STEM), como sobre todo en el emprendimiento y en la captación de fondos de capital riesgo por empresas lideradas por mujeres. Se requiere para romper con esta discriminación que se acepte no sólo la diversidad, sino que se avance hacia la inclusión y finalmente se consolide la pertenencia de las mujeres a las empresas de la economía digital, siendo esta la meta que hay que perseguir denodadamente.

Finalmente, la Secretaria de Estado ha enfatizado la oportunidad para España de los Fondos Europeos, así como la existencia de estrategia, liderazgo y recursos para transformar definitiva y radicalmente la economía del país. \F.D.S.